¿Lanzar una moneda al agua da suerte?
No es de extrañar que el agua y las monedas figuren en tantas supercherías y premoniciones si tenemos presente que, durante la historia, el agua ha sido símbolo de la fecundidad y las monedas el de la buena suerte. Mas, ¿de dónde viene la tradición de lanzar una moneda al agua?
La verdad es que el origen preciso de esta costumbre no está clarísimo, si bien todo semeja apuntar a los romanos, nuestros queridos inventores de los sistemas de agua bebible a través de los acueductos. ¿Quién no ha oído charlar de la historia sobre lanzar 3 monedas a la fuente de la ciudad de Roma o bien del Pozo de los deseos? Esta costumbre, a la que podríamos llamar asimismo superchería, tiene su origen en una muy antigua tradición por la que se pensaba que el agua atascada tenía propiedades curativas. Es más, en las civilizaciones primitivas, a los recién nacidos se les sumergía en un lago o bien un río; costumbre que todavía persiste en el rito bautismal.
¿Quién no ha oído charlar de la historia sobre lanzar 3 monedas a la fuente de la ciudad de Roma o bien del Pozo de los deseos?
El pueblo Celta fue uno de los que más asistió a propagar esta creencia, transformándose en una de sus costumbres lanzar una piedra en un sitio con agua atascada y ver cuántas burbujas afloraban o bien percibir el estruendos que hacía y, en dependencia del número, pensaban que les iría mejor o bien peor.
En la antigüedad, dadas las opiniones sobre las propiedades del agua, los deseos que se solicitaban estaban relacionados con la salud. No obstante, conforme el tiempo avanzó y las civilizaciones evolucionaron esta tradición asimismo cambió, reemplazando las piedras por monedas y los deseos sobre salud por un extenso abanico de todo género. Este cambio de objeto tiene 2 teorías: La primera es que es considerablemente más probable que alguien lleve una moneda encima que una piedra; y la segunda, que siempre y en todo momento han sido consideradas como símbolos de futuro (¿Quién no tiene una moneda de la buena suerte? ¿Y quién es el valiente que la gasta?).
Conforme las civilizaciones evolucionaron esta tradición cambió, reemplazando las piedras por monedas y los deseos sobre salud por un extenso abanico de todo género
En nuestros días, lanzar una moneda al agua se ha transformado en una costumbre ligada al hecho de visitar como turista algún sitio. Como dato anecdótico, se estima que la colecta de todas y cada una de las monedas lanzadas en fuentes, pozos o bien cualquier otro sitio turístico por todo el planeta puede superar los diez millones de euros.
Así, bien a solas, en pareja o bien en familia, si hallamos una fuente (y si es un distintivo de la urbe mucho mejor), una fuerza sobrenatural, llámese superchería, creencia, entretenimiento o bien “por si acaso”, nos empuja a solicitar un deseo y hacer volar la moneda directa al agua. ¿Qué podemos perder?